La historia del trágico hundimento del vapor Flachat, un bergantín-goleta de la compañía General Transatlantica, que realizaba su viaje entre Francia (Marsella) y Venezuela, impulsó un movimiento devocional y cultural en la comarca de Anaga. El buque tras zarpar del puerto de Marsella hizo escala en Barcelona y Málaga. Zarpó de este último en demanda del Puerto de Santa Cruz de Tenerife. Parada obligada para el avituallamiento de carbón, viveres y agua antes de proseguir el viaje rumbo a Venezuela (La Guaira), Costa Rica y Colombia.
El fuerte temporal de mar y viento y una densa calima azotaban las islas. La nula visibilidad provocó que el vapor chocara contra las bajas existentes en al zona el miércoles 16 de abril de 1898, encallando en las proximidades de Punta Anaga.
El torrero del faro de Anaga oyó repetidas veces la desesperada señal de socorro que emitía la bocina, pero fue el pequeño barco de vapor Susu, procedente del puerto de Santa Cruz, el que consiguió llegar al lugar, aunque ya era demasiado tarde. La nave, debido al incesante batir de las olas contra los bajíos rocosos donde había encallado, se había partido y se hundía en las agitadas aguas.
En el naufragio desaparecieron 87 personas, y sólo se pudieron salvar 14 personas que se encontraban en un pequeño barco salvavidas: el capitán, el segundo oficial, 11 miembros de la tripulación y un pasajero.
A los pocos días se publicó la siguiente noticia en el periódico, con los indicios de que había habido más supervivientes:
“Ayer tarde avisó telegráficamente el Semáforo de Anaga a esta Comandancia de Marina, participando que en el vecino pago de Igueste de San Andrés se encontraban dos náufragos más del vapor francés Flachat, los que habían declarado que otros siete compañeros supervivieron a la horrible catástrofe. Inmediatamente que el Semáforo dio la noticia, salió de este puerto un bote tripulado por ocho marineros y dirigido por un práctico de la Comandancia de Marina, conduciendo a su bordo una comisión, que llevaba toda clase de auxilios para en caso necesario prestarlos a los náufragos de referencia.
Esta madrugada volvió á salir para el sitio de la catástrofe el vapor Susu que capitanea el infatigable D. Ezequiel Crespo, con objeto de proceder al salvamento de la carga del Flachat.
El digno Alcalde de esta Capital señor D. Pedro Schwartz y Mattos, que formaba parle de la Comisión que fue anoche |para Igueste, según decimos más arriba, comunicó hoy a primera hora telegráficamente desde el Semáforo de Anaga para que con toda urgencia se le enviasen embarcaciones para transportar a este puerto los náufragos heridos. Inmediatamente y por disposición de la Comandancia de Marina, salieron para aquel sitio dos botes tripulados por gente de la dotación del cañonero Eulalia, al mando del práctico mayor de este puerto."
Poco después del naufragio, vecinos del cercano pueblo de Taganana acompañados por Don Antonio López-Balboa, el farero de Anaga, encontraron, en la orilla, unas cajas de madera que contenían la imagen de un Cristo Crucificado y una talla de una Inmaculada Concepción que también iba en el Flachat. Según parece, ambas imágenes formaban parte de un lote de esculturas procedentes de la Escuela de Artes y Oficios de Sarriá en Barcelona con destino a Venezuela.
El torrero del faro de Anaga oyó repetidas veces la desesperada señal de socorro que emitía la bocina, pero fue el pequeño barco de vapor Susu, procedente del puerto de Santa Cruz, el que consiguió llegar al lugar, aunque ya era demasiado tarde. La nave, debido al incesante batir de las olas contra los bajíos rocosos donde había encallado, se había partido y se hundía en las agitadas aguas.
En el naufragio desaparecieron 87 personas, y sólo se pudieron salvar 14 personas que se encontraban en un pequeño barco salvavidas: el capitán, el segundo oficial, 11 miembros de la tripulación y un pasajero.
A los pocos días se publicó la siguiente noticia en el periódico, con los indicios de que había habido más supervivientes:
“Ayer tarde avisó telegráficamente el Semáforo de Anaga a esta Comandancia de Marina, participando que en el vecino pago de Igueste de San Andrés se encontraban dos náufragos más del vapor francés Flachat, los que habían declarado que otros siete compañeros supervivieron a la horrible catástrofe. Inmediatamente que el Semáforo dio la noticia, salió de este puerto un bote tripulado por ocho marineros y dirigido por un práctico de la Comandancia de Marina, conduciendo a su bordo una comisión, que llevaba toda clase de auxilios para en caso necesario prestarlos a los náufragos de referencia.
Esta madrugada volvió á salir para el sitio de la catástrofe el vapor Susu que capitanea el infatigable D. Ezequiel Crespo, con objeto de proceder al salvamento de la carga del Flachat.
El digno Alcalde de esta Capital señor D. Pedro Schwartz y Mattos, que formaba parle de la Comisión que fue anoche |para Igueste, según decimos más arriba, comunicó hoy a primera hora telegráficamente desde el Semáforo de Anaga para que con toda urgencia se le enviasen embarcaciones para transportar a este puerto los náufragos heridos. Inmediatamente y por disposición de la Comandancia de Marina, salieron para aquel sitio dos botes tripulados por gente de la dotación del cañonero Eulalia, al mando del práctico mayor de este puerto."
Poco después del naufragio, vecinos del cercano pueblo de Taganana acompañados por Don Antonio López-Balboa, el farero de Anaga, encontraron, en la orilla, unas cajas de madera que contenían la imagen de un Cristo Crucificado y una talla de una Inmaculada Concepción que también iba en el Flachat. Según parece, ambas imágenes formaban parte de un lote de esculturas procedentes de la Escuela de Artes y Oficios de Sarriá en Barcelona con destino a Venezuela.
La imagen fue llamada desde entonces el “Cristo del Naufragio”, tras una cuidadosa restauración por el escultor palmero Arsenio de Las Casas, es colocada en la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves.
Fuentes: Anaga Rural
Martín Hernán, U. (coord.) (2006). Historia general de la comarca de Anaga. Santa Cruz de Tenerife: Ediciones Idea.
Fuentes: Anaga Rural
Martín Hernán, U. (coord.) (2006). Historia general de la comarca de Anaga. Santa Cruz de Tenerife: Ediciones Idea.